Una tinta para caligrafía tan cara como especial
Los tiempos de antes eran mejores
En la antigua Nara, la tinta sumi no es solo un material, sino un arte forjado con paciencia y tradición. Cada barra debe envejecer años antes de usarse, pasando por un meticuloso proceso: hollín recolectado con precisión, mezclado con pegamento animal y amasado hasta la perfección.
Moldeadas y secadas con ceniza de roble, estas barras adquieren valor con el tiempo. Para los calígrafos, frotarlas sobre la piedra es un ritual de concentración. Este libro revela no solo su creación, sino el espíritu de quienes la preservan, donde cada trazo es historia y devoción.
Fuente: Insider
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